Cuentos Chinos
Oppenheimer termina así sus cuentos chinos: "Si este libro contribuyó un ápice en dar a algún lector una visión más amplia de lo que está ocurriendo en el mundo, me doy por satisfecho”. Y por mi puede estar satisfecho.
Esta obra se dedica a describir lo que han hecho algunos de los países con mayores índices de crecimiento en el mundo y que han hecho los países de América Latina, que no están creciendo a los mismos niveles. El autor se expande en explicaciones de porque los latinoamericanos estamos creciendo tan poco, y de porque en otras regiones del mundo países comparativamente menos competitivos están creciendo a tasas de hasta el doble que las de nuestra región.
En muchos casos el autor peca un poco de protagonismo, pero en general el libro es excelente. Los ejemplos son muy accesibles, no habla de rimbombantes cifras macroeconómicas ni de ecuaciones complicadas para incrementar las inversiones que se realizan en el país.
En el libro se trata el caso de Venezuela como un ejemplo de cómo NO hacer las cosas si quieres crecer a una tasa competitiva. Define nuestro gobierno como un autoritarismo narcisista, con un desorden impresionante y una corrupción paquidérmica. Que pena que con tantas ventajas que tenemos en este momento de la historia, no seamos capaces de crear una estructura económica, educativa y social exitosa para nuestro futuro.
Personalmente creo que nuestro problema más importante es la inmediatez cultural de los venezolanos, donde ninguna estrategia que no de resultados la semana que viene es una mala solución. Es por esto que los que han regido, rigen y nos –perdonen pero no lo quiero escribir- son incapaces de proveer estabilidad política para que los venezolanos podamos entrar al mercado internacional con algo mas que nuestros barriles de petróleo. NO hablo de “grandes transnacionales robando nuestras riquezas”, hablo de empresas venezolanas desvinculadas del estado, de empresarios venezolanos y si es posible con inversionistas también venezolanos, que sean capaces de competir en los mercados internacionales y producir empleos altamente remunerados para sus compatriotas. Si no podemos lograr que se cree una industria nacional competitiva, JAMAS podremos dejar de ser un país “recojelatas” que depende de lo que consigue en el suelo, con inmensas desigualdades, inmensa pobreza e inmensa DEPENDENCIA de los precios de nuestras materias primas.
Mi conclusión-al estilo del mismísimo Oppenheimer- es que estamos perdiendo tiempo y dinero en esta aventura “socialista” y que si esta situación no cambia rápido, nuestro destino será estar condenados a ciclos cada vez más cortos de bonanza y ciclos cada vez más largos de recesión. Ahí se los dejo, y como dijo alguien más ilustre, para luego ser citado por el que será uno de los más infames lideres de mi país: “El que tenga ojos que vea”.
P.D.: Por el amor de Dios limpien el Lago!!!
R.R.
1 Comments:
BRAVO TE FELICITO POR TU BUEN ANALISIS DE LO QUE NOS ESTA PASANDO.YA ESTOY HARTA DE DEE ESTE REGIMEN INCAPAZ Y ABSURDO......
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